topbella

jueves, 3 de diciembre de 2015

Los milagros sí existen!!!



Hola, quiero compartir con ustedes una historia muy sensible y hermosa de una figura pública en Perú, sé que la apreciarán. Estoy convencida que llegará a muchas personas por la innumerables visitas que recibo y que es digna de leer. (Tomado del blog base4).

Esto es como una maratón. Es una carrera de largo aliento y se tienen que superar muchas vallas. Primero necesitamos un óvulo apto, luego un espermatozoide fuerte, luego que el embrión sobreviva, luego hacemos la transferencia y esperamos que pegue en el útero, luego que el bebé se prenda bien y anide y así… valla tras valla. Si estás dispuesta a correr esta maratón con fe y serenidad podemos intentarlo.
Frases más, frases menos. Esto es lo que nos dijo el doctor Ernesto Escudero en su consultorio, casi sin titubear. Sucedió hace cinco años y medio. Me dijo que por mi edad estaba un poco tarde para intentar ser mamá, pero que siempre había posibilidades y que lo más importante eran mis ganas, mi fe, mi ilusión. Habíamos intentado con mucho amor y frecuencia, pero no lograba quedar embarazada. De pronto sospeché que algo malo podía estar sucediendo en mi cuerpo. Comencé a indagar y un buen día la talentosa diseñadora Fátima Arrieta me contó que el doctor Escudero experto en fertilidad era un médico milagroso. Anoté su número y manejé a la clínica Montesur. Así lo conocí.
Así supimos que jamás podría tener hijos por vía natural porque tenía las trompas obstruidas. Así experimenté lo que toda mujer que quiere maternar siente cuando le dicen que no puede hacerlo sin ayuda: cuando la palabra estéril se tatúa en el alma no se puede respirar. Es como si todo el mundo girara a velocidad centrífuga y solo intentaras no caer. Cada día te preguntas en qué momento se obstruyeron, por qué te pasó eso a ti. Me costó levantarme, pero aprendí que hay métodos para poder ser mamá. Mi doctor siempre lo dice: no existen imposibles cuando uno quiere; solo debes luchar y confiar y nunca darte por vencida a pesar de que es una larga maratón y todo el camino es cuesta arriba. Y lo más importante él estaba conmigo, él me apoyaba, él quería que yo maternara.
Durante años soporté las mismas preguntas indiscretas de siempre. Familiares, amigos y desconocidos, todos lanzando las mismas preguntas: ¿por qué no tienes hijos? Seguro no has tenido ganas, ¿no? ¿Por qué trabajas tanto si no tienes hijos que mantener? ¿Por qué no quieres ser mamá? Nunca terminé de contestar con solidez porque nunca entendí cómo así alguien podía juzgar a una mujer por no ser madre. Recuerdo incluso a una productora que en un arranque de rabia no controlada me dijo que yo no era completa porque no había parido. La gente es cruel, ¡claro que es cruel! Un día decidí dejar de hablar de mis planes maternales para no escuchar más preguntas bobas; pero nunca en estos años dejé de confiar en que sí podría anidar. Un milagro, es lo único que le pedía a Dios.
Recuerdo bien esa mañana en el consultorio. Escuché al doctor Escudero con el corazón hecho pasa, pero decidí correr la maratón de los tratamientos que me proponía sin perder tiempo (ni óvulos), cogí varios litros de perseverancia y comencé a correr. Juro que el proceso puede llegar a ser bastante devastador por los fracasos. Te aspiran óvulos y pocos están perfectos. Intentas otra vez, logras que el embrión comience a tener vida pero cuando te lo transfieren no prende. Intentas otra vez y no prende. Intentas y tu útero está en perfecto estado y muy dispuesto, pero algo pasa y no te embarazas. Hasta que un día lo logras, te dicen que sí, que estás embarazada; pero rayos, el embarazo es ectópico y no puedes continuar. A mí me ha sucedido todo esto y he llorado a solas porque uno se cansa de contar las batallas. Intentas y solo el doctor sabe de tu lucha, de tu amor, de tu fe. Intentas y sigues cumpliendo años y sigues pensando en tu reloj biológico y en que pronto ya no podrás. Intentas y en el camino la adopción también aparece como una ruta, pero ay de ti si eres soltera. Intentas nomás.
Este 2015 cumplí 46 años. Habían pasado más de cinco años desde que comencé a intentar ser mamá con asistencia médica. Repasaba. Mi amor se había ido para siempre de este mundo, pero me había dejado su fuerza, su apoyo, su lucha, su luz, su energía. Tú serás mamá, eso siempre me decía. Había pasado por varios intentos y estaba cansada, toda mi alma, todo mi cuerpo. Seguía en la maratón, pero confieso que estaba agotada. Ni mis amigos ni mi familia preguntaban ya por mi sueño maternal. Era mejor. Creo que pensaban que había tirado la toalla. Hasta que llegó el mes de julio con una propuesta perfecta. Un viaje milagroso y maravilloso. Israel, Tierra Santa. Fiestas Patrias. Viajé. En plena aventura sabía que tenía que colocarme una inyección para intentar otra vez ser mamá. Lo hice, una amiga periodista me ayudó. Se llama Paola Pejovés. Creo que no entendió bien por qué y para qué necesitaba inyectarme, pero fue muy discreta y no hizo más preguntas. Yo solo le dije que no era nada malo, que me ayudara por favor, que era el primer escalón de otro intento. Recé mucho antes del pinchazo y todavía recuerdo su abrazo lleno de fe. Esa noche le agradecí tanto a Dios. Recé por Paola, recé mucho por mí.
En Israel me entregué a Dios y hablé horas interminables con la Virgen, le conté todo lo que pensaba, lo que sentía, lo que había pasado en mi vida (aunque creo que no era necesario porque ella sabe todo). Hice toda la peregrinación que una mujer que no puede tener hijos hace buscando un milagro. Visité todas sus iglesias, tomé el polvo de la gruta de la leche en Belén, llegué a Ein Kerem donde está la iglesia de la Visitación, donde Isabel recibió la visita de su prima María, Isabel, sí, la prima viejita como yo que quedó embarazada. Me abandoné en Dios. Eso creo. Abrí mis canales de la fe al diez mil por ciento y me dije otra vez que todo saldría bien. Lloré como nunca he llorado en las iglesias. Caía de rodillas. Exhausta. Recuerdo mucho a Rocío Gonzales, una peruana que conocí de pura casualidad y que me preguntó sin anestesia qué milagro le pedía a la Virgen y porqué lloraba tanto mientras rezaba. Le contesté que quería ser mamá, nada más, que era lo único que pedía en esta vida. Rocío rezó mucho conmigo. La Virgen me abrazó mucho, eso sentí en Israel: Amor, mucho amor; mucha paz en mi corazón. Iba a volver a intentarlo y solo depende de Dios, eso me dije. Que se haga su voluntad y no la mía.
Así regresé. Con ganas de seguir corriendo, perseverante y recargada de fe.
El 28 de agosto asistí tranquila al procedimiento. Le pedí a mi doctor milagroso que esta vez me transfiriera dos embriones y no uno como las veces anteriores. Aceptó (imagino compadecido de mi lucha). ¿Y si prenden los dos? Me dijo preocupado, mira que ya eres una mujer mayor. Si prenden los dos los cuidaré toda mi vida y serán un milagro de la Virgen, le contesté feliz. Ingresé a la sala con mi rosario que me había acompañado en Jerusalen, me concentré mucho y al término del procedimiento hubo un fuerte temblor en Lima; no tienen idea cómo sonreí feliz. No podía moverme mientras la tierra temblaba y seguía con las piernas arriba, pero sonreía mientras el doctor Escudero decía que era la primera vez que le pasaba. Sentí que era una señal del cielo, Dios me había ayudado y los dos bebitos se iban a quedar en mi nido de amor.
El 9 de setiembre Laboratorios Roe me hizo la mujer más feliz de este planeta. La cifra era alta, muy alta, estaba embarazadísima. El doctor Escudero cauto y sereno como siempre me dijo que teníamos que esperar más días para saber si eran los dos, que no podía decirlo con esa cifra. Son dos, le dije segura, han prendido los dos. Tranquila, me contestó; por lo menos estamos segura que uno de todas maneras ha prendido. Media hora después recibía un mensaje de la asistente de quien entonces era mi jefa en América TV. Me pedía si o sí ir al canal de urgencia. Estoy en un chequeo médico, le contesté. No importa, Clara te esperará, fue la respuesta de Paola Murakami. Manejé feliz al canal. Llamé a mi hermana que vive en Canadá. Reía tanto, lloraba de felicidad. Estoy embarazada!!!! Lo logré!!!! Mi amor había tenido tanta razón!!!, yo iba a lograrlo!!!
Llegué al canal y comenzó una de las pesadillas más feroces de mi historia. El mismo día que recibí la noticia más feliz de mis 46 años recibí también el trago más amargo de mi vida profesional. Me acusaban de cosas sin sentido, me enlodaban sin asco y sin misericordia, y no importaba mi defensa; los oídos estaban tapados de manera conveniente. El gobierno de Heredia (perdón de Humala) triunfaba coludido con periodistas que en los días siguientes no cruzaban fuentes ni querían escuchar más información. Yo no había hecho nada malo, pero era demolida como si fuera una delincuente. No podía respirar. Acepté que había pagado a una fuente por información con mi propio dinero y que eso jamás constituye delito, pero mi palabra era menos que nada. Me acusaban de cosas asquerosas, irrepetibles. En esa oficina y en todos los días siguientes a mi lapidación pública estuve muy mareada y recuerdo que solo cogía mi vientre. Hablé mucho con mis bebitos mientras escuchaba sandeces. Quédense por favor, era lo único que les pedía. Mamá los va a cuidar. Eso les digo todos los días: yo los voy a cuidar.
Nunca conté de mi embarazo en esos días difamatorios. ¿Para qué? No quería usar mi maternidad para conseguir compasión de gente con mala entraña. Cuando me alejé del canal, recordé a mi amado Joaquín quien murió por un disparo de nieve en el corazón, de todo lo que me decía cuando veía nubes negras: “Lo que sucede conviene”. De un plumazo había perdido mis tres trabajos, pero la noticia de que estaba embarazada podía más que cualquier duelo laboral. Dijeron de todo y me contaron cosas que no leí; pero yo solo me concentré en el mensaje de mi doctor que en medio de la náusea levantó la voz: cuida a los bebes, por favor aíslate. Ese fue su mandato y lo cumplí: Me aislé.
La única verdad de todo este tiempo en el que estuve muy callada es que dancé con lobos políticos y con supuestos colegas que dijeron cualquier cosa sin escucharme, la única verdad es que busqué proteger a mis bebes. Nunca tuve un caso abierto ni en el Perú ni en Bolivia. Nunca hice nada malo y lo puedo gritar con la frente en alto. Me presenté a la fiscalía voluntariamente, conté todo lo que debía contar y recé todos los días (lo sigo haciendo) para proteger mi vientre. Hoy sé que mis bebitos están bendecidos y que son muy poderosos. Los dos se quedaron. Los dos laten muy fuerte. Hoy mi única responsabilidad es maternar con amor y fe, protegerlos, ayudarlos a crecer. Ya cumplí 16 semanas y confieso que solo le agradezco a Dios porque me ha dado más fuerzas. Los milagros existen si eres perseverante. Si quieres ser mamá lucha hasta el último ovulito y nunca tires la toalla. La fe no solo mueve montañas, te ayuda a anidar.
No sé qué pasará mañana con mi vida de periodista. He conversado con varios directores de medios, agradezco algunas propuestas y que me hayan querido escuchar. Los periodistas que han visto los papeles que tengo saben que debo seguir investigando, pero comprenden que hoy mi prioridad son mis hijos porque no soy joven y debo cuidarme. Guardo mucho reposo por mandato médico y sé que el amor me sostiene. El amor protege, el amor defiende. Gracias a los que han guardado mi secreto y me han llamado todos estos días a ver cómo estoy. Gracias por tanto amor. Estos meses he comprendido que cuando eres madre (y lo somos desde que estamos cuidando a los bebes en el vientre) existe una fuerza superior. La maternidad es sagrada y el mundo entero se puede caer alrededor, pero lo único que te importa es cuidar a tus hijos. Hoy solo le agradezco a Dios y a la Virgen y bendigo todos los días al doctor Ernesto Escudero porque siempre me alentó. Vale la pena amar, soñar y perseverar. Nunca pierdas la fe.
Hoy somos tres corazones latiendo en un solo cuerpo y mi doctor tenía razón. Estar embarazada es cosa seria. He pasado por cosas muy intensas. Puedo oler después de mil años, huelo y eso es milagro de mi embarazo, detecto olores y he tenido náuseas matiné, vermouth y noche, tooooooodo el día, todo, pero nunca he vomitado. Eso le pedí a mis bebitos, que se apiadaran porque si algo no soporto es vomitar. Tengo mucho sueño, muchooooooo sueño, como si no hubiera dormida jamás y no tengo antojos, cosa extraña en mí que soy una antojada de todo y ahora estoy aprendiendo a tejer colchas para abrigarlos. Cada noche, antes de dormir, le cuento mil cosas a mis bebitos, les escribo, les digo que los espero con mis brazos abiertos, que no soy tan fuerte como parece, pero que ellos son mi impulso para seguir. Siempre les digo que jueguen, que estén tranquilos, que solo tienen que crecer y que del resto me encargaré yo, que bajo mis revoluciones para anidarlos.
Y por supuesto les escribo mucho.
Esto les escribí el 30 de octubre pasado. Cuando sean grandes imagino que podrán leerlo:
Estoy buscando tinta china para escribir tu nombre en mi corazón.
Sueño que lo hago sobre una fruta que tiene olor a vainilla.
Estoy buscando algodón del cielo para tejer tus almohadas.
Hilos de seda para abrigarte con una manta dorada
será solo para ti,
para ti
y luego para mí.
¿Cuándo subirá la marea?
¿Cuándo llega la luna creciente?
No soy la mejor y creo que lo intuyes, pero igual espero con mi corazón
valiente que late fuerte.
Puedo ser:
Tu abrigo
Tu red
Tu columpio
Tu puente para cruzar.
La vida sigue con su misterio y solo me saludas.
¿Qué haces?, me preguntas.
Duermo
Sueño
Te busco.
Eso mismo.
Ayer dormí catorce horas y soñé que te veía
A ti,
A ti,
Y luego a mí.
Luego desperté y me puse a escuchar a Sabina.

Bueno ya, no los aburro más con mis anécdotas de mamá primeriza. Solo quería contarles que los milagros sí existen y que si sueñan con algo que parece imposible no desfallezcan. Luchen y perseveren. Caerán mil veces en el intento, pero les juro que cuando lleguen a la meta serán las personas más felices de este planeta. Doy fe.

martes, 26 de mayo de 2015

The End


Hoy nuevos sentimientos embriagan mi ser, nuevas sensaciones, nuevas miradas, nuevos te quiero; perdón, pero debo reconocer que tu amor, aún no llena todo mi ser; mientras tanto perforan inocuamente mi alma.

Cada palabra, cada detalle, cada despertar y tu inagotable paciencia me hace renacer cada aurora. Debo confesar que mis últimos pensamientos son para ti, y con el alba gozar un nuevo día en tu compañía.

Tengo muchos años buscándote, imaginé de mil maneras tu sonrisa, lo tenue de tu voz y hoy puedo decir que te encontré y lo único que voy a pedir es que no me sueltes, quiero aprehenderme, arraigarme aunque sea de tu suspiro, pero te necesito para empezar otro día.

No te voy a mentir, he amado y mucho, tanto que una y mil veces me han roto el corazón; perdón, me han roto hasta el alma; sin embargo, aquí estoy, esperando nuevamente a mi inclemente verdugo, con una calma impávida e inquebrantable  deseando que mis cicatrices vuelvan aflorar sobre mi piel. Muchas veces recogí con una paciencia inconmovible cada pedazo de mi dolor, los uní y hoy te lo entrego. Cuídalo como si fuera tu propia alma, porque cuando lo pierdas, también me habrás perdido.

En nuestras pláticas innumerables me hiciste creer, que soy un ser excepcional, genuino, sui géneris, pero hoy te revelo, que no soy más que un castillo de arena, que con el ligero soplo del viento no queda ni rastro de ese hermoso castillo que era, pero también soy una caja de pandora o unas cajas chinas, que sin darme cuenta hice te enamoraras de mí viéndote en un espejo.

Con el paso de este tiempo inexorable aprendo a equilibrar mi vida, no esperaba este vendaval que revolucionó mi existencia y lo revoluciona de la manera más amorosa, más dulce, más tierna, más afable. A tu lado aprenderé a quererme día a día, a valorarme, a resurgir y a amarme hasta el hastío.

Gracias por buscar, por encontrarme, por enamorarme sin que me diera cuenta, eso es extraordinario. Viví amores fútiles, monótonos, intensos, penetrantes, calcinantes y hoy siento que me robas el alma, que mis latidos cada vez son más vigorosos y cuando por fin llegues a mi vida, cuando al fin te conozca, cuando estés frente a mí, te vea a los ojos y me vea en ellos, sabré que estoy lista para amar, que valió la pena todas las marcas indelebles de mi alma, que seremos inseparables y haré contigo  “todo lo que la poesía aún no ha escrito”.
   

lunes, 27 de abril de 2015

Cómo te haría el amor



Imagino el instante en que mi alma comenzó a sentir semejanza en las letras intrigantes que salieron de tu ser; imagino el enlace vivaz de una respuesta que provocó mis suspiros; la continua comunicación intensa de mi alma con la tuya, sin piel y desde la distancia; y entonces, Mujer, comienzas a apoderarte de mis sentidos, despertando los deseos agitados con un dulce tormento ajeno a ti, deseos que parecieran esperarte, y conectas con los sentimientos más profundos de mi alma; y vivo, respiro, suspiro nuevamente, y nace en mí el deseo desafiante de imaginarnos no solo enlazadas nuestras almas, avivándose el cúmulo fuego que hay en mí, vislumbrada de emociones, alcanzando el orgasmo de mi alma. 

Imagino mirar tus ojos, entender en tu mirada tus deseos más profundos y besarte lentamente, poco a poco, sin prisa, sin tiempo, sin espacio, sin detenerme; con lujuria, con deseo, percibiendo la agitación en ti y en mí; besarte de tal forma que las ganas en mí comiencen a recorrer tu cuerpo, lenta y suavemente, mis manos te recorren deteniéndose… estacionándose en cada señal de tus suspiros, de tus apacibles gemidos, es allí cuando te miro y reconociéndonos vuelvo a tu boca y el deseo se aprisa en la búsqueda de tus senos mientras mis manos indagan la calentura de tu sexo.

Te imagino queriendo dominar mis sentidos, busco con mi mano el calor de tu clítoris encendido, mientras mis labios vuelven a buscar los tuyos; en un momento desenfrenado nuestras caderas comienzan  a extasiarse y se mueven acopladas en un perfecto concierto de éxtasis, de ardor y  sutil frenesí. Y en el desenfreno abrazos, caricias, besos, gemidos, quejidos en completa simultaneidad; la entrega calma mis ansías que me prohibían pensar, que de solo imaginarte, percibirte o escucharte bloqueaban mis sentidos más versados; y siento…y sentimos…el acoplamiento de nuestras almas y nuestros cuerpos derretidos en una vehemencia precipitada y portentosa.

Siento nuestra humedad y pienso e imagino…Hacer el recorrido de mis labios por tu cuerpo nuevamente, hasta perderme en tu humedad, beberla, saborearla, mientras me deleito en ti,  siento mi corazón vivo latir en un galopante delirio al compás de tus gemidos, que extasiados todos tus sentidos consiguen el clímax total. No sé qué consecuencias traerá después ese momento desde mi imaginación hasta la realidad de mis deseos, solo sé que imagino hacerte el amor sin importar el lugar, el momento, el tiempo ni el espacio, quiero sentir en cualquier parte del universo nuestras almas, nuestros cuerpos enlazados a nuestros sentimientos, deseos y sentidos…aunque sea por un instante.

Gracias por tu colaboración, un excelente escrito y gustosa de compartirlo en el blog, que es de todas ustedes.



miércoles, 25 de marzo de 2015

A ti que no supiste amarme


Muchas veces me han dicho que la sensibilidad la llevo muy perenne en mí, estoy pensando a creer que es cierto, aunque muchas veces me rehusaba que esa parte tan hermosa también era parte de mi ser. Innumerables veces escribo por placer y cuando los sentimientos más profundos calan tan fuerte, que siento la necesidad de escribir con dolor, sufrimiento y tortura. Gracias a ti por sacar lo mejor de mí, estos versos que día a día me acompañan.
Les agradezco porque en determinado tiempo destruyeron parte de mí, he muerto de amor algunas veces, pero de cada vida que entregué, siempre quedó algo: besos, caricias y un corazón roto. Algunas veces, creí morir y reencarnarme una y otra vez; sin embargo, aquí estoy tratando de construir mi vida una vez más y está bien, porque yo lo permití; no obstante si volviera a nacer, escogería ser nuevamente yo y recibiría gustosa las cicatrices que tengo en mi alma, porque a través de ellas aprendí a amar, aunque de diferente manera, pero amé. Fuiste tú, si, tú! Quien desarmó mi armadura y ahora me dejas con esa parte tan hermosa que gracias a Dios había olvidado olvidar.
Siempre me jacté de la invulnerabilidad de mi corazón, siempre distanciado de mi hermosa dualidad, aquella con la que aprendí a levantarme y mirar hacia el horizonte y hoy puedo decir que acepto mi dualidad como una sola, como parte de mi persona, porque en mí no habitan dos o tres, sino que gracias a ti aprendí que soy una sola y déjame decirte que así me quiero más, me gusta y creo que esa unificación me hace mejor persona, porque siento que me amo más…debes saber que te quiero, pero tu amor no me hace bien y el cariño que hoy tengo para mí es más grande.
0
Comparte:


viernes, 13 de febrero de 2015

Decir Adiós...



Para los que tienen el corazón roto, disfruten esta hermosa canción...

martes, 27 de enero de 2015

Volverte a ver


Dos versiones que me encantan, bueno una más que la otra, disfrútenlas!!!


Cada noche siento tu ausencia en mi cama, aquella donde dejaste impregnado tu aroma y tus sueños se quedaron dormidos en mi almohada, escuchando mis pensamientos, secando mis lágrimas y acompañando mis insomnios; llorando cada segundo con la pena de tu ausencia, evocando la calidez de tu piel dormida por todo mi cuerpo, veo desfallecer cada tarde sobre el horizonte, mientras la soledad abriga mis entrañas dejando una cicatriz impregnada en mi alma, tu amor se esfumó y ahora solo nos dijimos adiós, te fuiste cargando tus maletas, aquellas con las que llegaste y que ahora pesan más porque te llevas mi esencia, mi vida, mi alma; estoy pereciendo porque no dejaste nada mas que tus recuerdos en mi afligido corazón, ni siquiera tu aliento lo puedo conservar sin que se evapore, mi vida ya no tiene sentido y me duele más saber tu silencio. Dime, cuéntame si algún día nos volveremos a ver, si volveremos a sentir nuestros cuerpos desnudos en mi habitación, llevándonos al orgasmo absoluto de nuestro amor, dime si algún día cumplirás con la promesa que me hiciste, de volver a verme, de tenerte frente a mí… poder verte a los ojos, añorando ese pasado que dejó nuestro amor, poder verme a través de los tuyos y de la oportunidad que dejé escapar, aunque sea para evocar esos momentos y volver a vivirlos tan solo en mi memoria y con un poco de suerte también en la tuya, ya que te fuiste cuando más te quería, cuando eras tan indispensable en mi vida, quisiera albergar la esperanza de que eres mía eternamente y no tener que matar esta ilusión cada mañana cuando veo mi cama vacía y es en ese instante cuando la soledad y la agonía invaden todo mi ser, llenando de melancolía mi adolorido corazón y es cuando nuevamente lloro por tu ausencia en nuestra habitación  en cada alborada que nunca acaba, como aquella mañana de frío invierno en que te vi partir.

El tiempo será testigo de cada grieta marcada en nuestro rostro y él será nuestro único victimario porque dará testimonio que otros cuerpos reemplazarán nuestros besos, nuestras promesas, nuestro amor y poder sentir que sigo viva; sin embargo aún sigo intentando curar esas cicatrices que dejaste al irte…

Simplemente Fer

Mi foto
Puedes estar de acuerdo o no con mis escritos, y eso no hará que cambie tu vida. Porque cuando lo leas sólo añadirás más conocimientos. Lo importante es que tú al leerlo te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo a tu manera y asimilarlo a tu vida...
 
LESTacna© Diseñado por: Compartidisimo