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martes, 1 de febrero de 2011

A la maestra con cariño II


-Ya está, por fin lo dije y no he muerto, vamos apúrate dame una cachetada, bótame de tu casa de una vez, ya las fregué- Y sin decir palabra alguna me tomó de la cintura y apretó contra su vientre y me dio uno de los besos más excitantes que alguna me pudo dar, todo lo que antes imaginaba no se comparaba a lo que estaba sintiendo en ese momento indescriptible, era una mezcla de amor, deseo, delirio, todo contenía ese beso, quien diría que con el solo contacto de los labios se pueda experimentar tantas cosas, es verdad,  a veces con un beso puedes experimentar el mejor de los orgasmos. Poco a poco fuimos descubriendo nuestros cuerpos y les enseñamos a que hablen por si solos. Esa madrugada regresé a casa, me levanté muy temprano y decidí contarle mi verdadera sexualidad a mi madre, me sentía tan segura de Andrea.
        
-Mami tengo que decirte algo muy importante -Dime corazón –Sólo espero que me sepas comprender y que yo no elegí ser así, no se trata de una elección simplemente nace contigo- en realidad no fue así de fácil -habla Zoe- creo que ya se lo esperaba por el tono de su voz- “Me gustan las mujeres mamá”, cuando vi caer lágrimas por sus mejillas y todo el sermón que ellos nos pueden dar, que la hijita, en este caso su única hija no iba a ser como los demás, empezó hablar del que dirán ya que a ella le importa mucho… pero concluyó diciendo, seas lo que seas, eres mi hija.

Debo reconocer que ese también fue uno de los días más felices de mi vida, posteriormente me dirigí a la universidad  a buscar a Andrea, tenía miedo de mirarla o era emoción en realidad, no sabía lo que me sucedía, una combinación de nostalgia, alegría, nuevamente no sé cómo describirlo –Me dirigí a su oficina –hola amor -ni habíamos hablado y ya le decía amor -se nota que me encontraba muy emocionada y feliz- Hola –esa mañana la noté muy fría, totalmente distinta a la mujer dulce, cariñosa, amable, tierna, aquella que la noche anterior me trataba como una reina en sus brazos y me hacía llegar a unos orgasmos múltiples, ella no era la mujer con quien había experimentado y entregado todo el calor de mi cuerpo -disculpa tengo que dictar clase, te llamo en la noche –Ok. -Ok te quiero-

Había transcurrido dos semanas y esa llamada no llegaba, yo pensaba en Andrea y no me daba cuenta que mamá estaba sufriendo, la notaba cambiada se le había borrado la sonrisa de su rostro, aquellos ojos expresivos, no era el rostro de lo que alguna vez fue, trataba de hablar con ella, pero notaba cierta distancia y rechazo (en ese momento comprendí que había sido un error contarle mi sexualidad). Me dolía verla tan alejada de mí y no poder hacer nada por ella.
¿Mami te sucede algo? –Nada-  ¿pero por qué estas así? –No es nada fácil por lo que estoy pasando tú, tu papá… tú papá no regresará nunca y rompió en llanto.
Al día siguiente fui  a la universidad y hablé con Andrea, declaramos nuestro amor una vez más, para ella era muy importante su trabajo y que tendríamos que cuidarnos mucho, porque ya había cierto cotilleo, respecto a ciertas preferencias.
Cada vez nos amábamos más y hablábamos de nuestras anteriores relaciones en realidad sólo una para ambas, y me encantaba que narrara cómo cada día se iba enamorando más de mí, dejando morir el amor que tenía con su anterior pareja.

Unas semanas después tuvimos que viajar, aunque me hubiera gustado ir sólo con ella y no con toda mi aula, pero bueno era trabajo de investigación, decían. Salimos fuera de la ciudad, el día era aburrido porque tenía que estar con todos mis compañeros y yo moría por despistarlos un momento y poder besarla unos segundos. La habitación la compartía con tres compañeras y tenía que esperar forzosamente a que ellas se duerman, era un dilema  y una misión imposible tener que salir en la madrugada a buscarla, pero no importaba, mi objetivo era llegar a ella y lo cumplía siempre nos las arreglábamos para poder entregarnos a  nuestros deseos, aunque solo lo podía disfrutar unas horas pero en ese instante era suficiente, después de todo fue agradable ese viaje.

Bye amor -hasta mañana -llegué a casa y otra vez la dolorosa situación de ver a mi madre llorar desconsoladamente, no podía hacer nada por ayudarla, ella no me dejaba. Quería contarle lo que estaba viviendo, lo feliz que era, pero no era justo que le impregnara tanta felicidad, cuando ella sufría por mi padre y por mi delicada situación. Una tarde me dirigí al departamento de Andrea, abro la puerta y a lo lejos se oye una discusión.
-¿Qué quieres que haga si ya no hay amor por ti?, se acabó, se terminó- ¿Dime que hice mal? –nada simplemente ya no hay amor por ti que rescatar, ahora hay otra persona en mi vida- Sí, esa chiquilla por la que me dejaste, ella que se irá cuando aparezca otra y se dé cuenta de que no eres joven.

Entendí que era su ex y creí necesario entrar y decirle que no me iría de su vida, que no la dejaría por una más joven, que la amaba a pesar de sus años y que no dejaré que nuestro amor muriera, como  les ocurrió. -Ingresé a la habitación totalmente ofuscada y con ganas de recriminarle que nunca dejaría Andrea, que la amaba que no era una relación pasajera o un capricho sino verdadero amor, cuando de repente a la mujer que estaba dispuesta a decirle todas esas cosa gira levemente y a la que veo es a mi madre: -Mamá- Zoeee.

En aquel instante comprendí que era yo quien le arrebató el amor a mamá, que ella no sufría por el amor de papá, ni por mí, sino que había perdido a la mujer que ella amaba, que su propia hija fue su rival, que era yo quien la mataba día a día, quien le arrebataba su único amor.

Simplemente Fer

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Puedes estar de acuerdo o no con mis escritos, y eso no hará que cambie tu vida. Porque cuando lo leas sólo añadirás más conocimientos. Lo importante es que tú al leerlo te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo a tu manera y asimilarlo a tu vida...
 
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